La llegada de la Ciudad Deportiva de Areitio a la actividad diaria de la Sociedad Deportiva Eibar ha marcado un punto de inflexión en la estructura deportiva del club. Ubicado en el alto de Areitio, Mallabia, el complejo se ha concebido para garantizar el máximo rendimiento y una operatividad eficiente durante todo el año, con el césped como uno de los pilares del proyecto. Las instalaciones albergan cinco campos diseñados bajo criterios profesionales: un terreno de juego híbrido mediante técnica de cosido, un campo de hierba natural y tres superficies de césped artificial de alta gama.
El campo híbrido combina césped natural reforzado con fibras sintéticas, lo que incrementa su estabilidad estructural y prolonga su vida útil. Este sistema aporta mayor resistencia al desgaste, especialmente en los meses de invierno, cuando la capacidad de regeneración del césped natural se reduce. Los sistemas híbridos suelen incorporar entre 1.800 y 2.200 puntadas/m², con fibras cosidas a 18–20 cm de profundidad y un refuerzo equivalente al 3–5% del volumen del perfil, lo que incrementa la resistencia al cizallamiento en un 25–40% respecto a un natural tradicional.
El segundo campo natural se ha ejecutado sobre una base tradicional de alta calidad, mientras que los tres campos artificiales incorporan el modelo PURE PT, un sistema libre de rellenos que destaca por su comportamiento deportivo, su baja demanda de mantenimiento y su contribución a la sostenibilidad ambiental. Este material cuenta con la certificación europea EN 15330-1.
Todos los terrenos de juego se han construido a partir de capas base específicas para uso profesional, compuestas por grava de canto rodado, arenas silíceas y turba, junto con sistemas de drenaje y recogida perimetral conectados al depósito general de riego. En total, la superficie regada alcanza los 35.000 m², abastecida por un depósito de 2.000 m³ alimentado mediante bombeo desde el arroyo Zubitegi y complementado con la recuperación de aguas pluviales y de filtración.
La incorporación de superficies híbridas y artificiales, como en la Ciudad Deportiva de Areitio, refleja una tendencia creciente entre clubes que buscan maximizar el rendimiento y asegurar la operatividad anual. Los sistemas híbridos y artificiales ofrecen ventajas claras en durabilidad y uso intensivo.
Los campos híbridos, que combinan césped natural reforzado con fibras sintéticas, muestran una resistencia al desgaste superior al césped natural, especialmente en invierno, manteniendo características de juego similares y temperaturas superficiales más bajas que los artificiales puros. En condiciones estivales, un campo artificial puede alcanzar 50–65 °C, mientras que un híbrido suele situarse entre 30 y 40 °C, una diferencia de 15–25 °C.
Los sistemas artificiales de última generación permiten un uso intensivo y requieren menos mantenimiento que el césped natural, aunque no son completamente libres de mantenimiento. En términos de rendimiento deportivo, estos sistemas suelen presentar absorciones de impactos del 55–70%, deformaciones verticales de 4–10 mm y restituciones de energía del 20–35%, dentro de los parámetros FIFA Quality.
La estructura del campo (altura de la fibra, tipo de relleno, subbase y capa elástica) influye directamente en la absorción de impactos, la restitución de energía y la durabilidad, afectando tanto el rendimiento deportivo como la seguridad de los jugadores.
Con esta configuración, la SD Eibar consolida una infraestructura deportiva preparada para soportar sesiones de entrenamiento intensivas, mejorar la vida útil de las superficies y garantizar un entorno óptimo para el desarrollo de jugadores y equipos.