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Ciclismo, atletismo y rugby también han sido protagonistas en Ipurua

El estadio armero ha albergado competiciones de diferentes deportes desde su inauguración

Ipurua fue concebido para la disputa de partidos de fútbol, pero ello no ha impedido que desde su inauguración haya albergado competiciones de otros deportes como ciclismo, atletismo o rugby.

No resulta extraño que Ipurua acogiera otras modalidades diferentes al fútbol ya que su construcción en 1947 fue consecuencia de la necesidad detectada por el Ayuntamiento de Eibar de disponer de un “campo de deportes” que fuera escenario de distintas actividades deportivas.

La propia orografía de Eibar animaba a utilizar un recinto liso para la práctica de determinados deportes en una ciudad con escaso espacio libre y repleta de cuestas y desniveles.

Si hay un deporte asociado a Eibar en todas sus facetas, ése es el ciclismo. Gracias a esta histórica vinculación, Ipurua empezó a albergar desde 1961 competiciones ciclistas fruto del acuerdo con el diario El Correo Español-El Pueblo Vasco, que poseía un velódromo portátil por su condición de organizador de la Vuelta Ciclista a España.

De esta forma, se aprovechaba la presencia en Eibar de figuras mundiales del ciclismo participantes en la Bicicleta Eibarresa, la Subida a Arrate o la misma Vuelta Ciclista a España para organizar finales de etapa o critériums paralelos en el interior de Ipurua.

El velódromo portátil, construido en madera, tenía 3,50 metros de ancho en las rectas y 3,80 en los peraltes de las curvas.

La primera de estas pruebas en Ipurua tuvo lugar el 15 de abril de 1961, un día antes de la celebración del X Gran Premio Bicicleta Eibarresa.

Al día siguiente, Ipurua acogió el final de la etapa Bilbao-Eibar de la Bicicleta Eibarresa, ganada en solitario por el británico Tom Simpson, que con posterioridad se proclamó campeón del Mundo en 1965 y tuvo un final trágico al fallecer durante una etapa del Tour de Francia de 1967, camino del Mont Ventoux.

Esa misma edición de la Bicicleta Eibarresa concluyó el 19 de abril con la etapa Eibar-Gerkina-Bilbao-Eibar, con final en el velódromo de Ipurua y victoria de etapa para Patxi Gabica, del Kas, que recibió como premio una cocina modelo “Victoria”.

En 1963, Ipurua vistió sus mejores galas para ser el final de la sexta etapa de la Vuelta a España, entre Bilbao y Eibar. Tras pasar los puertos de montaña de Urkiola, Udana y Elgeta, la victoria fue para el francés Guy Ignolin, por delante de Carlos Echeverría, compañero de escapada.

La última instalación del velódromo portátil en Ipurua tuvo lugar el 5 de abril de 1964, con la disputa, tras la celebración de la Subida a Arrate, de un critérium vespertino que contó con la participación entre otros de Jacques Anquetil y Federico Martín Bahamontes.

Si el ciclismo ha sido el deporte con mayor presencia de competiciones internacionales en Ipurua, la primera vinculación documentada de Ipurua con un deporte que no sea el fútbol es la celebración de pruebas atléticas en junio de 1948, apenas nueve meses después de la inauguración del estadio.

En aquella ocasión tuvo lugar en Ipurua un encuentro internacional entre el Club Deportivo Eibar y el Aviron Bayonnais, con pruebas de 100, 200 y 5.000 metros, lanzamiento de peso y disco, salto de altura y longitud y relevo olímpico.

El impulsor del atletismo en Eibar en los años 40 fue Eulogio Echeverría, cuyo fallecimiento en 1948 movió al Club Deportivo Eibar a organizar en el campo de fútbol de Ipurua en 1949 y 1950 el denominado “Campeonato de Debutantes”, con un trofeo especial para cuadrillas y con pruebas de 80 metros lisos, altura, longitud y jabalina.

La presencia de la práctica atlética en Ipurua se consolidó en los años 50, con actividades como dos campeonatos de Gipuzkoa o los entrenamientos que llevaban a cabo los atletas de pruebas como carreras, lanzamiento de jabalina e incluso de salto de longitud, ya que se llegó a habilitar un foso ad hoc.

El atletismo en Ipurua vivió en el inicio de los 60 su época dorada con la disputa de varias ediciones del Cross Memorial Bolumburu, con la participación de destacados atletas de talla mundial, como los olímpicos Fernando Aguilar y Mariano Haro.

Esta prueba, organizada por el CD Eibar, ya había celebrado alguna edición en el campo de fútbol a finales de los 40 y volvió a principios de los 60 por la dificultad de encontrar en Eibar un espacio llano con hierba.

Las crecientes dificultades para el uso de Ipurua debido al estado de la hierba y el cambio de la normativa de la Federación obligaron a cambiar el escenario del Memorial Bolumburu, que a partir de 1968 comenzó a disputarse en la campa de Arrate.

El balón oval y las porterías altas han tenido su espacio en Ipurua con la disputa de partidos de rugby en los años 50 y 80 que ayudaron a alimentar la afición por este deporte en Eibar.

De hecho, el primer partido de rugby del que existe constancia en la localidad armera tuvo lugar en Ipurua en abril de 1950 y fue un encuentro internacional entre dos equipos de Iparralde: el Aviron Bayonnais y el Anglet Olympique.

En Eibar no había existido actividad previa en este deporte, ni tampoco instalaciones apropiadas, por lo que hubo que adecuar Ipurua con la colocación, adosados a las porterías, de unos postes altos que sirvieron para emular unas porterías de rugby.

Es preciso dar un salto de 30 años para encontrar otro partido de rugby en Ipurua, de la mano en este caso del Eibar Rugby Taldea, fundado en 1978 por Ramón Tellería.

En este contexto, el Eibar Rugby Taldea organizó en 1980 y 1981 sendos torneos en Ipurua por San Juan como colofón de las respectivas temporadas.

En sus primeros años de actividad, el Eibar RT utilizó el campo anexo de Ipurua para mejorar aspectos del juego como las fases estáticas, melés, touche, etc. Actualmente, el Eibar RT milita en División de Honor B y juega sus partidos en Unbe. 

En estos 75 años se han llevado a cabo en Ipurua otras actividades como exhibiciones de Herri Kirolak, en una de las cuales participó el padre del actual entrenador del Sevilla, Julen Lopetegi, conocido como Agerre, y en los años 60 hasta hubo concursos de pájaros cantores en la Tribuna Este organizados por la Sociedad Diana.