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El Eibar ganó los cinco últimos partidos de la temporada 98-99 para una remontada milagrosa

Los armeros estaban a 12 puntos de la salvación a falta de 6 jornadas

El Eibar consumó una salvación milagrosa en la temporada 1989-1999 con la obtención de cinco victorias en las cinco últimas jornadas para sellar su permanencia en la Segunda División A.

A falta de seis jornadas para el final de la liga, el Eibar, que había permanecido casi toda la temporada en posiciones de descenso, estaba a doce puntos de la salvación.

El Eibar, entrenado por Alfonso Barasoain, afrontó la última jornada de liga necesitado de una carambola para mantener la categoría. Era necesario que el propio Eibar ganara en Ipurua al Toledo y que el Mallorca B perdiese ante el Hércules. Los astros se alinearon.

El partido de Ipurua se decantó enseguida del lado local con los goles de Goyo (min.2), Iturrino (min.55) y Arenaza (min.80) y el partido concluyó 3-0. El público estuvo más pendiente de los transistores para seguir el desarrollo del enfrentamiento entre Mallorca B y Hércules (que ya estaba descendido), dos equipos cuyo propietario era la misma persona: el empresario balear Antonio Asensio, si bien se rumoreaba que los jugadores del equipo alicantino sufrían retrasos para percibir sus sueldos.

El Mallorca B, que nunca había estado en posición de descenso en toda la temporada, recibió dos goles y acortó distancias en el minuto 70, pero los alicantinos anotaron de nuevo en el 87 para establecer el definitivo 1-3. El partido lo arbitró el donostiarra Xabier Eleizegi, actualmente delegado arbitral de la Real Sociedad, que señaló dos penaltis contra los locales y enseñó una tarjeta roja a cada equipo.

Consumada la salvación in extremis se produjo una invasión del campo por parte del público de Ipurua para celebrar la permanencia por duodécima temporada consecutiva.

Ese día, el 20 de junio de 1999, el Eibar alineó a: Jon Ander, Arce, Matxon, Goyo, Golo, Bixente, Artetxe, Iturrino, Arriola, Quico y Arenaza. También jugaron Olano, Donosti y Aitor Aguirre.

En la temporada 98-99 el Eibar tuvo tres entrenadores (Kike Ormaetxea las 16 primeras jornadas, Sepe Gallastegi de forma interina en la jornada 17 y Alfonso Barasoain de la 18 hasta el final) y el equipo estuvo en posiciones de descenso de forma consecutiva entre las jornadas 5 y 41 y fue colista durante tres jornadas.

Entre las jornadas 27 y 33, el Eibar perdió seis partidos y empató uno. Tras esa mala racha, el conjunto armero era anteúltimo a once puntos de la salvación. En la jornada 34 estaba a 13 puntos de la salvación (la mayor distancia). En la 35 estaba a 10 puntos del Mallorca B, en la 36 a 12 puntos, en la 37 a 11, en la 38 a 9, en la 39 a 6, en la 40 a 5 y  en la 41 (penúltima) a 2.

Entre las jornadas 34 y 42, el Eibar ganó seis partidos y empató tres. Consiguió 21 puntos de los 47 de toda la liga en esos nueve últimos partidos y ganó consecutivamente los cinco últimos partidos.

Antes de la última jornada habían descendido Ourense, Hércules y Barcelona B y para el restante puesto el Eibar tenía 44 puntos, Leganés y Mallorca B 46 y Logroñés 47.

Tres días antes del partido se conoció que pasase lo que pasase Barasoain no continuaría la siguiente temporada, según manifestó él mismo, lo que creó tensiones con el Consejo del Eibar.

En aquella plantilla había cuatro jugadores naturales de Eibar: Artetxe, Guruzeta, David Velázquez y Guarrotxena. Gaizka Garitano cumplía su primera campaña en Ipurua y jugó habitualmente la primera vuelta, pero en la segunda solamente disputó un partido. El máximo goleador del Eibar esa campaña fue el atxabaltarra Igor Arenaza con siete goles.

Bixente vivió su tercera salvación extrema tras la de Sarriá en 1990, la del partido contra el Compostela en 1993 y la de 1999 contra el Toledo, todas ellas en la última jornada.

La crónica del partido de El Diario Vasco, firmada por Rementería, empezaba así: “No tiene otra palabra: milagro”. Junto al principal artífice de ese milagro, Alfonso Barasoain, estaban su segundo José Ignacio Garmendia, el preparador físico Justo Lillo, el masajista Joseba Arriola y el médico Txema Peñalba.

Hubo diversas promesas que se cumplieron, como la de Barasoain y su familia, que fueron andando desde Bilbao a Arrate vestidos con símbolos del Eibar. Gaizka Garitano se tiñó el pelo de rosa, otros miembros del club se raparon el pelo o hicieron la parte final del Camino de Santiago desde Viveiro. Entre los aficionados, las promesas cumplidas también fueron numerosas y variopintas.

Los datos que aparecen en este reportaje han sido aportados por el historiador eibarrés Jesús Gutiérrez, miembro del Patronato de SD Eibar Fundazioa.

Fotografías:

  • Jugadores del Eibar celebran la permanencia. FOTO: Michelena (EL DIARIO VASCO)
  • Alegría del entrenador armero, Alfonso Barasoain.
  • Plantilla del Eibar en la temporada 98-99.